Mi largo, pero aún corto camino, en esta profesión.

Mi amor por organizar, ser anfitriona y vivir de celebración en celebración, nace de mi mamá, la comisión de graduandos de mi colegio y algunos trabajos que me tocaba organizar.

Mi primera boda oficial fue en julio del 2015. Oficial, porque ya fue una boda fuera de familia, amistades y favores. Y como de Melissa Pineda no se puede esperar más que retos, ese día se dañó la limosina camino al hotel, al fotógrafo se le rompió el pantalón, y llegó más gente de lo planificado, casi nada.

Para mí la experiencia fue maravillosa. Aprendí a convertir lo que al principio veía como negativo, en enseñanza y progresivamente fui ganando más conocimientos y experiencias. 

En mayo de 2019 viajé a México para capacitarme de manera oficial y certificarme como Wedding Planner. Y por supuesto, llega el 2020 con más capacitación y aprendizaje de lo que nunca antes aprendí: Bodas de Pandemia. Jamás imaginé vivir experiencia más bella que una boda con 10 invitados en casa. Casi casándose en secreto, contra todo pronóstico. Demasiado romance, para esta trabajadora del amor.

Ya son más de 60 parejas que he tenido la oportunidad de acompañar en esta etapa tan importante de sus vidas y agradezco que cada día se sumen más.

Mi vida en este mundo de las bodas continúa, con mi pronto a recibir Master en Gerencia de Eventos y Planificación de Bodas.

No muchas personas pueden decir que viven de lo que aman, agradezco a Dios, este privilegio todos los días

Gracias por leer mi primerísima entrada en este diario.

Un gran abrazo,

Meli